“Ha sido una jornada difícil, pero a la vez, trascendental para el país. Ejercer nuestro derecho a fiscalizar, y en este caso a censurar a un exfuncionario, es una señal contundente de que vamos a parar la corrupción.

La censura es un llamado de alerta para que nadie se desvíe y, al mismo tiempo, una convocatoria para que todos combatamos la corrupción desde todos los frentes.

Considero que se ha cumplido con el debido proceso y se escucharon los argumentos de las partes, eso da la medida de la justicia con la que hemos actuado en este proceso de fiscalización.

Vamos a mantenernos firmes, porque los casos de corrupción terminan afectando no solo el nombre del país, sino que perjudican al pueblo ecuatoriano, porque se desvían recursos que bien podrían destinarse a luchar contra de la pobreza, se trastocan los principios que nos rigen y se convierte en un mal que atenta contra la sociedad en su conjunto.

El siguiente paso es analizar el rol del Consejo de Participación Ciudadana e iniciar el proceso de selección para nombrar al nuevo Contralor. Desde mi despacho, vamos a presentar tres propuestas relacionadas con este desafío de eliminar la corrupción.”

VAMOS POR MÁS FUTURO